02. Cuando no hay amor ni odio
Continuamente nos aferramos a lo que deseamos («amor»), y rechazamos («odio») lo que nos resulta desagradable sin ser conscientes de ello. Nuestra práctica consiste en observar, acechar y ver directamente cómo se manifiesta esta atracción y rechazo, en qué forma y detalles concretos, en nuestras circunstancias vitales.