51. Cuando se olvida la causalidad

Versos [1]De la obra Xìn Xīn Míng Canto al Corazón de la Confianza,
del tercer ancestro chan Jianzhi Sengcan.
Traducción y comentarios de Dokushô Villalba.
Ediciones i, 2008.

泯 其 所 以

不 可 方 比

Cuando se olvida la causalidad

las comparaciones se vuelven inútiles.

Comentario.

En la tradición Zen utilizamos una metáfora, la del agua clara. Imagina un recipiente lleno de agua fangosa, donde el cieno ensucia su transparencia. El acto de dejar reposar este cieno nos conduce a experimentar la pureza y claridad del agua.

Pero, ¿qué sucede cuando el agua queda completamente limpia? Al eliminar todo rastro de impureza, ya no hay nada con que compararla. No podemos decir «el agua está más limpia que la de ayer» si ya no hay cieno. La claridad del agua se vuelve absoluta, perfecta en su sencillez.

Cuando eliminamos las ideas preconcebidas, los pensamientos turbios y alcanzamos la paz interior, llegamos a un lugar donde las comparaciones se vuelven irrelevantes. Es una experiencia única, inefable, como el agua cristalina.

En la práctica del zen, buscamos cultivar este estado de mente clara y abierta, libre de las limitaciones del pensamiento dualista. Al dejar de lado nuestras expectativas y juicios, nos abrimos a la vastedad de la experiencia presente, encontrando la verdad última en la simplicidad del momento. Así, cada uno de nosotros puede aprender a ser como el agua clara, reflejando la pureza de la realidad tal como es.

De esta manera, aprendemos a soltar las comparaciones y a abrazar la autenticidad de nuestro ser. Cada paso en este camino es una oportunidad para cultivar la compasión y la sabiduría, tanto hacia los demás como hacia uno mismo. Que cada paso en nuestra práctica sea una manifestación de nuestra auténtica naturaleza original.

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1 De la obra Xìn Xīn Míng Canto al Corazón de la Confianza,
del tercer ancestro chan Jianzhi Sengcan.
Traducción y comentarios de Dokushô Villalba.
Ediciones i, 2008.

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