50. Cuando cada existencia es observada con ecuanimidad.

La percepción que tenemos de la realidad a través de nuestros sentidos es ilusoria, la doctrina buddhista de anatta (no-yo) postula que no existe un yo permanente e independiente que experimente el mundo, sino que lo que consideramos como «yo» es en realidad una combinación de cinco agregados: forma, sensaciones, percepciones, formaciones mentales y conciencia. Estos agregados están en constante cambio y carecen de una esencia permanente

49. La naturaleza profunda de esta unidad.

En el universo todo está interconectado. En la tradición buddhista enseñamos que todo está intrínsecamente interrelacionado, que cada fenómeno y cada ser están conectados en una red cósmica de unidad. Al realizar esta unidad, no solo intelectualmente, sino también intuitivamente, comenzamos a vislumbrar la verdadera naturaleza de la realidad.

48. Cuando la mente no discrimina.

En la Vía del zen, las enseñanzas a menudo se transmiten a través de historias que desafían nuestra percepción convencional de la realidad y nos invitan a reflexionar. Una de estas historias es la del Maestro Chao-chou y su célebre respuesta «Mu».

47. Si el ojo no duerme, todos los sueños se disuelven solos.

La percepción que tenemos de la realidad a través de nuestros sentidos es ilusoria, la doctrina buddhista de anatta (no-yo) postula que no existe un yo permanente e independiente que experimente el mundo, sino que lo que consideramos como «yo» es en realidad una combinación de cinco agregados: forma, sensaciones, percepciones, formaciones mentales y conciencia. Estos agregados están en constante cambio y carecen de una esencia permanente

46. La ganancia y la pérdida, lo correcto y lo falso,

En la tradición buddhista, hay una enseñanza fundamental que resuena con profundidad en las mentes y corazones de los buscadores de la Vía: la impermanencia. Esta enseñanza, nos invita a contemplar la naturaleza transitoria de todas las cosas en el universo.

45. Los opuestos son como un sueño irreal

La percepción que tenemos de la realidad a través de nuestros sentidos es ilusoria, la doctrina buddhista de anatta (no-yo) postula que no existe un yo permanente e independiente que experimente el mundo, sino que lo que consideramos como «yo» es en realidad una combinación de cinco agregados: forma, sensaciones, percepciones, formaciones mentales y conciencia. Estos agregados están en constante cambio y carecen de una esencia permanente

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